Alberto y Marta González, hermanos y fundadores, describen a Artefacto como un lugar donde cuidan a las personas y al entorno. Alberto, en sala, lo consigue teniendo un servicio cercano y personalizado, dejando disfrutar extendidamente, sin presiones; Marta, jefa de cocina, se encarga de conseguir un producto de proximidad, elaborarlo a la brasa y mostrarlo sin ornamentos, como su Lomo Bajo de Retinta de Vejer, ensalzando siempre la materia prima de la zona.
Paseando por la carta de Artefacto, en la Alameda de Hércules, encontramos la Pluma ibérica de la Sierra Norte de Sevilla, el Atún rojo de Tarifa o el Tomate azul de Motril; el broche final viene con su tarta de queso casera al horno, de la que nos atrevemos a decir que es de las mejores que hemos probado, con una textura que se derrite al corte.
Para maridar, ofrecen una amplia carta de vinos, donde podemos ver tintos de la Tierra de Cádiz, blancos sevillanos o dulces de Jerez; sin olvidar la variedad de tipos de cerveza: de trigo o de cebada; ale, lager o abadía; locales e internacionales.
Todas las semanas van cambiando su oferta de cervezas y sus “platos del día” para adaptarse a los productos de temporada.
Estar sentado al calor de las brasas, con tus amigos, con tu familia, compartiendo una buena cerveza y un momento de naturalidad, queriéndote detener por un tiempo para dejar atrás las prisas, la inquietud.
Mostrar los platos resaltando la materia prima local es valorar el patrimonio culinario andaluz y sinónimo de la mejor gastronomía. En este sentido, la sostenibilidad que defienden estas “brasas con identidad” es transversal, cuidando el medio ambiente, la cultura y la sociedad de nuestro territorio.
