La primera vez que la probé fue con sushi, en vez de soja, a diferencia de esta que toma todo el protagonismo, el garum amplifica los auténticos sabores protagonistas, en su justa medida, sin estridencias pero como mucha intensidad. Volví a probarla a través del mousse de allec de boquerón, elaborado durante el proceso de creación del garum, en el que se basa Flor de Garum.
Untado en pan de maíz, acompañando una ensaladilla de gambas y una copa de Mulsum. El resultado me dejó paralizado, era como pasar de escuchar música en una radio de estas de mano antiguas a hacerlo en un equipo fabuloso con su dolby surround. Espectacular también con carne asada, en barbacoa; solo hay que echar unas gotitas de la pequeña ánfora de cristal, te hace sentir como un mago, sorprendiendo a todos, si hubiera tenido una caja allí, todo el mundo se hubiera llevado una botellita de garum.
Roma, era el imperio de la dieta mediterránea, Hispania una de sus principales fuentes de abastecimiento.
Hay que entender que durante la época romana, esta salsa era esencial en la dieta diaria, la tomaba todo el mundo. Hispania era su más importante abastecedor. Desde Bolonia en Cádiz, la misma capital, Sexi en Granada, Almería o Málaga se enviaba a todo el imperio. Era la más preciada por su calidad. La producción era impresionante. Una fuente de riqueza inmensa.
Un descubrimiento que ha sorprendido al universo gastronómico, los más célebres chefs la están incorporando ya a sus recetas. Sin lugar a dudas se avecina otra época dorada para toda la zona del sur de Hispania, auténticos genios en la antigüedad en la elaboración del más preciado garum, actualmente ya lo están demostrando comercializando internacionalmente esta Flor de Garum.
Siempre viene bien echar una vista a nuestra historia, descubrirnos a nosotros mismo, de lo que somos capaces de hacer, de las maravillas que podemos crear, esas mismas que encandilaron al mundo y pueden volver a hacerlo.
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