Los alrededores de la plaza de Cuba en Sevilla no son, precisamente, la Meca gastronómica de la ciudad. Exceptuando algunas glorias que todos conocemos (como Periqui Chico, Los Cuevas, etc.), lo cierto es que no es la primera zona de Sevilla en la que se piensa cuando se quiere ir a comer fuera… Hasta que llegó Martirio, del chef Carlos Mitchell.
A Carlos Mitchell lo conocemos desde hace tiempo, ya que fue él quien puso la cocina del restaurante ConTenedor, en la calle San Luis, en boca de todos con su cocina de mercado que cambiaba a diario y no tenía carta, pues cada día escribían en una pizarra lo que se iba a cocinar; antes de que aquello se convirtiese en un reclamo exclusivo para turistas.
Posteriormente Carlos ha sido docente en la prestigiosa Escuela Superior de Hostelería de Sevilla y, tras su etapa allí, a finales de 2019, decidió aventurarse y abrir Martirio a pocos metros de la Plaza de Cuba. Pandemias aparte, es una de las aperturas más destacadas de 2020 y así se lo hemos reconocido en los Premios NextGastro del año pasado.
Carlos Mitchell llena el barrio de nuevos olores y sabores
Hemos podido conocer el proyecto de Martirio casi desde sus inicios, visitando incluso las obras del local que, todo sea dicho, ha quedado realmente llamativo y agradable para comer. Está ubicado en la calle peatonal Gustavo Bacarisas y dispone tanto de terraza con veladores como de una amplia zona interior donde sentarse en unas sillas, quizá, no del todo cómodas.
Si echamos un ojo a la carta, vemos que se no presenta una propuesta gastronómica que busca sorprender con platos de fusión de sabores y cocinas del mundo. Esto, que inicialmente puede echar para atrás a algunos, es un gran atractivo, ya que se trata de una cocina innovadora, valiente y muy sabrosa, que destaca dentro de un barrio (y una ciudad) muy reticente a salirse de sus clásicos habituales.
En las veces que hemos estado ya en Martirio (sí, porque para valorar un sitio hay que visitarlo, preferentemente, varias veces) hemos visto una evolución y un desarrollo serio de su cocina. Quizá al principio todavía estaban buscando ritmos y asentamiento, mientras que posteriormente hemos detectado una evolución muy favorable que ayuda a nuestra valoración provisional.
Nos gustan mucho algunos platos muy llamativos. Por ejemplo, de entre los entrantes recomendamos pedir dos de ellos, el Nigiri de presa de Angus a la brasa, tonkatsu de oloroso y yuzu junto a las Gildas de atún de aleta amarilla marinado, piparras y cebolleta fresca. Muy interesantes y sabrosos ambos.
Por su lado, en el apartado a compartir a nosotros nos gustan mucho las No croquetas de carabineros y el Shu-mai de cola de toro estofada con setas, naranja y jengibre, una variante del Dimsum o los dumplings asiáticos que reflejan muy bien esa intención de fusionar y crear lo que podríamos llamar cocina asiático-sevillana.
En platos más contundentes, es muy interesante probar los arroces, el rodaballo o carnes como la Presa ibérica a la brasa con patatas fritas y pimientos del piquillo confitados y un infalible como el Lomo bajo de vaca vieja de raza Simmental que, seguro, contentará a los más clásicos y acobardados con los sabores anteriormente mencionados.
Ficha: Martirio, Sevilla
En definitiva, Martirio es un rincón muy especial que ayuda abrir mentes y a educar paladares con una propuesta de cocina fusión andaluza y asiática realmente atractiva.
- Dónde: calle Gustavo Bacarisas, 1. 41010, Sevilla (Google Maps)
- Horario: abre a diario con horario variable debido al COVID.
- Precios: el ticket medio está en unos 30 euros por persona
- Cómo reservar: por teléfono en el 681 23 37 55 o a través de ElTenedor
- Nuestro plato favorito: Nigiri de presa de Angus a la brasa, tontaksu de oloroso y yuzu
- Valoración provisional: