Vivir en la Andalucía más occidental está lleno de ventajas. Desde Sevilla, tenemos alrededor una serie de suertes que hacen que estemos, en mi opinión, en uno de los territorios más privilegiados del planeta. Es difícil encontrar un sitio donde, en apenas un par de horas en coche a la redonda, haya tanto y tan bueno también gastronómicamente hablando. Un ejemplo de excelencia es el Restaurante A ver Tavira, situado a pocos kilómetros de la frontera con Huelva y que es uno de nuestros grandes descubrimientos de 2020 en el Algarve.
En una de nuestras frecuentes escapadas, fuera de temporada, al sur portugués fuimos a repetir en Tavira, un pueblo que nos encanta. Allí, en lo alto de la loma donde se ubican el Castelo de Tavira (del siglo XI) y la Igreja de Santa Maria do Castelo (original del siglo XIII), se encuentra el Restaurante A ver Tavira.
Lo encontramos gracias a la Guía Michelin, que lo referencia dentro de su categoría Plato Michelin pero que, a nuestro parecer, debería estar mejor considerado dada la excelente cocina que atesora en su interior. Está, claramente, infravalorado. Este restaurante debería, en nuestra opinión, estar al menos en la categoría de Bib Gourmand o, incluso, aspirar a una Estrella Michelin.
El menú degustación
Las dos caras más reconocibles del restaurante son las del chef Luis Brito y la de la sumiller Cláudia Abrantes. Ambos cuentan con unas trayectorias que hablan por sí mismas y que se refleja en el sentir general de la experiencia de comer en A ver Tavira.
En nuestro caso, optamos por ir directamente al menú degustación Aromas do tempo, que consta de tres platos principales y un postre, más los aperitivos y los petit fours. Por supuesto, quisimos acompañarlo todo con la armonía de vinos seleccionados para este menú. Es un reflejo de las vivencias de Luis Brito, donde consigue trasladar a cada plato algunas de las esencias que representan su trayectoria, llevando sabores y aromas conseguidos gracias a una técnica excelente.
Los aperitivos estaban deliciosos. Vinieron dos tipos de mantequilla (una de carabineros y otra normal) que estaban casi tan buenas como las de LÚ en Jerez, unos panes artesanos con AOVE local con sal de las salinas de Castro Marim, y unas croquetas de chorizo, naranja y aceite de cilantro que era un bocado meloso y lleno de sabor que presagiaba que lo que estaba por venir iba a ser muy bueno. Se acompañó todo con un espumoso seco portugués, blanc de blancs, realmente bien seleccionado.
El primer plato se llama O ovo, el huevo, y aunque inicialmente nos recordó al Huevo de Jerez que sirven en 12 Tapas por el concepto, luego es algo realmente diferente. Un huevo a baja temperatura contundente en sabores y aromas y perfectamente equilibrado en texturas, un platazo. Venía acompañado de un Luis Pato Vinhas Velhas Branco 1991 que era la armonía perfecta.
Seguimos con el segundo plato principal, el pescado del día, que en nuestro caso era Corvina negra sobre arroz meloso de Alcácer y crocante de tapioca. Una cocción impecable, una combinación de sabores y texturas muy protagonistas y un equilibrio perfecto entre todos los argumentos presentados. Platazo. Para beber, un Terras Madre de Água Encruzado Branco 2018 mineral, con notas a frutas de hueso como el melocotón, con una acidez muy correcta y un final salino ideal para el plato.
Terminamos la parte salada con una Presa de cerdo con apio y castañas que, quizá, fue el que más indiferentes nos dejó. No porque estuviera malo, ni mal preparado, ni nada parecido, sino porque, sencillamente, la presa es mucho más habitual encontrarla en sitios más especializados. Con todo, de sabor muy bien, las verduritas en su punto exacto y la crema de castañas estaba muy rica. Bebimos un Bota Velha Vinhas Antigas 2017 que fue el que hizo que el conjunto de la armonía remontase y fuese otra opción ganadora finalmente. En todos los platos anteriores, el vino acompañaba al plato; aquí era el plato el que acompañaba a un delicioso vino.
Por último, el postre. Mi primera vez con la algarroba haciendo las veces de chocolate fue en Noor, de Paco Morales. Desde entonces, me fascina cuando lo encuentro tan bien ejecutado como en el biestrellado de nuestro amigo cordobés. Esta Algarroba en diferentes texturas es una delicia. Un «chocolate» en sus diferentes expresiones, pero sin perder su identidad. Buenísimo. Y de beber, un Niepoort Crusted Porto 2014 muy bueno que armonizaba a la perfección con su nariz con recuerdos a pasas y chocolates.
Ficha: restaurante A ver Tavira, en Tavira, Portugal
Como dijimos al principio del texto, la cocina de Luís Brito y la sumillería de Claudia Abrantes están muy por encima de su referencia en la Michelin. El menú degustación por 50 euros está más que justificado y la armonía de vinos lo incrementa en 25 euros más y, en nuestra opinión, merecen totalmente la pena el desembolso.
- Dónde: Lugar Calçada, Largo Abu-Otmane, 8800-606 Tavira, Portugal (Google Maps)
- Horario: martes a domingo, para almuerzos y cenas
- Precios: el ticket medio está en unos euros
- Cómo reservar: a través su página web
- Nuestro plato favorito: Corvina negra sobre arroz meloso de Alcácer y crocante de tapioca
- Valoración: 8,4 –
- Comida: 9/10 –
- Bebida: 8/10 –
- Sala: 8/10 –
- Relación calidad y precio: 9/10 –
- Otros aspectos: 8/10 –
Más información | Guía Michelin
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