La judería de Córdoba tiene, desde el pasado día 20 de diciembre, un nuevo espacio gastronómico de altura: el restaurante Argus. Ubicado en el número 30 de la calle Cardenal González, Argus está comandado por Felipe Barbancho y Charlotte Potteaux.
Él, vasco con ascendencia cordobesa, fue jefe de sala de Martín Berasategui, de Azurmendi (Eneko Atxa) y ha trabajado para los restaurantes Eneko y El Mirador de Ulía. Ella, nacida en Nimes (Francia), también trabajó en Azurmendi, siendo la jefa de sala más joven del mundo en atesorar tres Estrellas Michelin. Ambos son ahora las caras visibles Argus.
A raíz del cierre de Azurmendi provocado por la crisis del coronavirus, Felipe y Charlotte toman la valiente decisión de marcharse a Córdoba durante el confinamiento, una ciudad que consideran emblemática, mágica, inspiradora y por la que todo el mundo, al menos una vez en la vida, debería pasar.
Argus está enclavado en pleno Casco Histórico de Córdoba, declarado por la Unesco Patrimonio de la Humanidad, reconocimiento que también ostenta la Mezquita Catedral, situada solo a unos pasos. Se trata de un inmueble que es una obra de arte al conjugar un estilo antiguo reflejado en las piedras romanas que forman parte de su historia, conjugadas con un estilo contemporáneo que ahora quieren llenar de alma.
Argus, con zona de tapas y restaurante gastronómico, busca revolucionar la alta cocina cordobesa
El restaurante Argus de Córdoba ofrece dos espacios diferentes, con dos ofertas complementarias. Por un lado, en la planta baja, está el bar, donde cuentan con la ya típica propuesta informal de tapas en mesas altas y taburetes. Un lugar acogedor donde ofrecen una carta de platos muy reducida, con productos exclusivos y donde la calidad premia por encima de la elaboración, y donde Estrella Galicia es la parte líquida más importante del proyecto, aunque cuenta con más de 50 referencias de vinos por copas (carta).
En el resto, terraza, patio y planta superior, está el restaurante gastronómico, donde rompen con todo lo visto hasta ahora. Argus no basa su carta en platos tradicionales reformados o adaptados a la época, sino en la diferenciación y la singularidad que ya se puede atisbar en la carta.
La cocina y el servicio en sala serán las piedras angulares del restaurante, terminando platos frente al cliente, modificando la iluminación y la ambientación y un cuidado maridaje para acompañar los diferentes menús degustación que irán ofreciendo progresivamente. La conjunción de cocina, servicio, vino y oferta gastronómica, tendrá un calculado equilibrio.
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