En Cádiz comer en la barra es tan típico como una tortilla de camarones. Forma parte de la idiosincrasia gaditana, de su cultura del bar como lugar de encuentro. Repasamos en este artículo algunos de esos bares en los que merece la pena comer de pie. Es a lo que vienes, a tapear por Cádiz. Los bares forman parte de nuestra cultura, del modo en el que nos relacionamos socialmente.
A un bar no sólo se va a comer o beber. A un bar se va a socializar. Esta realidad se refleja de forma especial en Cádiz. Con casi 350 bares (2,87 por cada mil habitantes), en la capital gaditana es difícil recorrer una calle sin toparse con uno… o más de uno. Y más aún encontrarlos vacíos. Los gaditanos se reúnen con los amigos, debaten, arreglan el mundo y comen tortillas de camarones acodados en una barra, entre turistas y vecinos, haciendo del acto de comer de pie todo un arte.
En este artículo os recomendamos cuatros bares señeros de Cádiz en los que comer en la barra para mezclarnos con locales. ¡Y también porque es realmente difícil encontrar un sitio en mesa!
Tapear por Cádiz: Casa Manteca
Una auténtica institución en la capital y en el popular barrio de La Viña. Incluso antes de abrir sus puertas, ya sea a mediodía o por la noche, gaditanos de cuna y de adopción, incluidos no pocos extranjeros, cogen sitio en las mesas altas del exterior o esperan pacientemente a posicionarse en la barra.
El ultramarinos ‘Casa Manteca’ tiene ese encanto de los lugares auténticos, con miles de historias que atestiguan sus paredes abarrotadas de fotografías y dedicatorias, y una barra desgastada de tantos papelones de chicharrones que se han servido durante décadas. Además de este típico embutido de Chiclana, aliñado con una pizca de limón y pimienta -su fama está totalmente justificada-, en la carta podemos hacer un largo recorrido por la tradición conservera gaditana, o degustar un buen número de tapas caseras y mariscos de la zona.
Además, ofrece suficientes vinos como por hacer una ruta enológica por la provincia sin necesidad de salir del establecimiento, donde se respira siempre un gran ambiente, es decir, donde siempre hay más gente de la que se suele esperar.
Tapear por Cádiz: El Laurel
A pocos metros de la plaza de la Candelaria, El Laurel presenta la estética perenne de un bar de toda la vida. De esos con suelo embaldosado, cenefas imposibles y mesas de cafetería de antaño.
En resumen, quien viene aquí no busca glamour o una experiencia gastronómica ‘diferente’. Más bien acude para saborear un sinfín de tapas típicas con el inconfundible sabor de lo tradicional. Sin complicaciones ni moderneces. Aquí todo es casero y se elabora al momento.
La prueba son las pizarras que anuncian las tapas del día, desde tortillitas de bacalao hasta las habituales papas aliñás, las albóndigas, la ensaladilla o el pescaito frito en toda su variedad. Acodado en la barra, lo realmente difícil es dejar de mirar a la pizarra y continuar pidiendo tapas hasta que el estómago diga basta.
Tapear por Cádiz: El Faro
Es uno de los restaurantes con más solera de Cádiz, con producto de primera calidad y un servicio excepcional. Ello se refleja, naturalmente, en los precios de su carta.
Sin embargo, para los que no acudan con demasiada solvencia en el bolsillo (no es que sea prohibitivo, sólo más elevado que en el resto de bares y tabernas), una opción económica es hacerse huevo en su impoluta barra de mármol y probar sus excelentes tapas. Las tortillas de camarones es una de las especialidades que no defrauda, al igual que sus papas aliñas o tostas creativas.
Es recomendable acudir bien temprano, ya que a pesar que la barra es amplia, su fama es aún mayor.
Tapear por Cádiz: Kaserón del 3×4
En Cádiz, el ambiente carnavalero se respira en cada esquina, ya sea enero o septiembre. Por toda la ciudad hay santuarios consagrados al Carnaval, y el Kaserón del 3×4 es sin duda uno de ellos.
Este pequeño bar con escenario alberga a menudo actuaciones o encuentros improvisados de agrupaciones y nombres propios del concurso, un hecho que se refleja en las paredes cubiertas con cientos de fotografías de las formaciones más emblemáticas. Además, se come de lujo, y de Cádiz.
A la amplia carta de conservas y chacinas, se unen montaditos varios y tapas caseras elaboradas cada día. No hay discusión, esta es una de las barras con más arte de la ciudad.
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