Manu Jara, que recientemente había abierto su nueva dulcería en el Gourmet Experience, fusiona sus orígenes franceses con la tradición española en su Torrisant, la unión del cruasán y la torrija, y que estará disponible todo el año
El confinamiento ha privado a los sevillanos de uno de los momentos más importantes de la ciudad, su Semana Santa. Y si existe un producto típico de estas fechas primaverales en la capital hispalense es la torrija, una receta tradicional que se elabora tanto en casas como en los mejores hornos de la ciudad.
Siendo uno de los productos estrella en años anteriores en las vitrinas de las tiendas de Manu Jara, teniendo en cuenta la excepcionalidad de estos días y estando solamente abierta la tienda de la calle Pureza en Triana para despacho de pan y algo de bollería, el repostero francés afincado en Sevilla ha creado un producto para poder disfrutar a lo largo del año de la pastelería típica de Cuaresma. Manu Jara lo define como un juego que combina sus orígenes franceses y la tradición española, se trata del Torrisant.
La fusión entre el croissant y la torrija combina el icono de mantequilla de Normandía de Manu Jara, emborrachándolo en un almíbar especiado con miel de Aracena y perfumado con vino Denominación de Origen Montilla-Moriles, rebozado en azúcar y canela.
La venta de este producto irá más allá de estas fechas primaverales, pudiéndose disfrutar a lo largo del año y su venta se realizará a granel y al peso en cucurucho, recordando los capirotes nazarenos para poder disfrutarlos paseando. El objetivo que plantea Manu Jara con esta elaboración es recuperar, pasados estos días de confinamiento, las costumbres de esta primavera con un bocado dulce.
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